¿Qué es gas sarin?

El gas sarin es un agente nervioso altamente tóxico que fue desarrollado por primera vez en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial como un arma química. Se clasifica como un compuesto organofosforado y es considerado uno de los agentes nerviosos más peligrosos conocidos.

El sarin actúa como un inhibidor de la enzima acetilcolinesterasa, que es responsable de descomponer la acetilcolina, un neurotransmisor crucial en la transmisión de señales nerviosas. Al inhibir la enzima, el sarin provoca una acumulación de acetilcolina en el sistema nervioso, lo que desencadena una serie de efectos devastadores.

Los efectos del sarin en el cuerpo pueden variar dependiendo del nivel de exposición. Los síntomas iniciales pueden incluir mareos, dolor de cabeza, dificultad para respirar, náuseas, vómitos, sudoración excesiva y visión borrosa. A medida que la exposición continúa, puede producirse parálisis muscular, convulsiones, pérdida del conocimiento e incluso la muerte por paro respiratorio.

El sarin puede ser letal en concentraciones muy bajas, y la exposición puede ocurrir a través de inhalación, contacto con la piel o ingestión. También puede ser absorbido a través de la ropa o permanecer en el medio ambiente durante varias horas, lo que aumenta el riesgo de exposición secundaria.

Debido a su alta toxicidad y su capacidad para causar daños masivos en poco tiempo, el sarin ha sido utilizado en varios ataques terroristas en el pasado. Uno de los casos más notorios fue el ataque con gas sarin en el metro de Tokio en 1995, llevado a cabo por la secta japonesa Aum Shinrikyo, que causó la muerte de 13 personas e intoxicó a miles.

Dado su potencial para causar devastación, el sarin es considerado un arma de destrucción masiva y su producción y uso están estrictamente regulados en virtud de la Convención sobre Armas Químicas, un tratado internacional que busca prohibir el desarrollo, producción, almacenamiento y uso de armas químicas.